foto extraída del Morsa.pe
Un incendio, ocurrido el 13 de noviembre del 2003, que consumió parte del local y dejo mucha controversia seguida de concesión irregular a la corporación Wong por parte de una municipalidad (donde prácticamente se les negó la posibilidad de negociación a los pequeños comerciantes) que dio paso a la remodelación que respetó las estructuras exteriores en un 75% pero que hizo de sus interiores un frio espacio de compra rápida sin ese encanto tradicional que le impregnaba el factor humano de sus habitantes.
Foto extraida de www.skyscrapercity.com
Lo que diferencia este local a otros, es que este aun mantiene la nostalgia de las juventudes recientes que aun mantienen viva el recuerdo de un espacio de encuentro vecinal que acogió a familias por generaciones…
“(…) Era un espacio encantado hasta inicios de los noventa, con un atractivo caos de carretillas de flores y frutas en plena calle.
Los barranquinos de siempre y los que llegaban de alguna juerga nocturna recalaban a cualquier hora para comer un tonificante aguadito madrugador o un ceviche con cerveza y canchita. Entre los pequeños negocios del entorno había una vieja renovadora de calzado que arreglaba los zapatos por lo que cuesta un chocolate, y un sastre que hacía composturas con su trajinada Singer.
Había también bazares en los que se vendía de todo y viejas bodeguitas que sacaban a los parroquianos de cualquier apuro y donde se reunían los amigos por las tardes a conversar” (Fuente: El Comercio)
Hoy sus instalaciones son ocupadas por supermercados Metro, mientras que algunos de los antiguos ocupantes se han instalado a sus alrededores formando pequeños negocios mancomunados (fondas, venta de fruta, especies y abarrotes).
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